Messor barbarus (Linnaeus, 1767)

Mi experiencia con las hormigas comenzó hace unos cuantos años, cuando un día traje tierra a casa para poner un bulbo en una maceta. Al rato todo el borde estaba lleno de hormigas. Con paciencia y un pincel, las metí en un bote con tierra y les eché unos trozos de galleta. Como no los tocaban me puse a investigar y descubrí todo un mundo. Tanto, que hoy puedo decir que estoy orgulloso de ser miembro de la Asociación Ibérica de Mirmecología y saber que no todas las hormigas son iguales, ni comen lo mismo y que en la Península Ibérica contamos con más de 300 especies.

Esta especie es la principal artífice en conseguir que, los días calurosos después de las primeras lluvias otoñales, veamos nuestras ciudades y pueblos llenos de hormigas voladoras. Millones de ellas abandonan los hormigueros para realizar efímeros vuelos nupciales, tras los cuales los machos morirán brevemente y las hembras, como la de la fotografía, se arrancarán las alas y buscarán un lugar donde esconderse, o excavarán un agujero en el suelo donde empezarán a fundar su colonia. Estas hembras que habrán quedado fecundadas de por vida, ya no necesitarán volver a aparearse, dejan de ser princesas para convertirse en reinas. Allí permanecerán hibernando hasta la primavera siguiente, momento en que pondrán los primeros huevos, de los que saldrán larvas que alimentarán con sus reservas hasta que se conviertan en hormigas y empiecen a cuidarla a ella como a eso, como a una reina.

A esta especie de hormiga seguramente todos la habremos estado mirando mil veces, aunque no supiéramos que se llamaba así, o le habremos echado migas de pan en parques y jardines o en el campo, pues es la constructora de esas interminables autopistas llenas de hormigas transportando semillas hasta el hormiguero, algunas de ellas con la cabeza muy grande y roja. ¡A qué ya sabéis de cuáles estoy hablando!

Si me permitís un consejo y no sabéis que regalo hacerle a un niño, un hormiguero con esta especie es una idea muy educativa, tanto en los cuidados como en la fabricación. Y si no sabéis como empezar, suscribiros al blog y mandarme un mensaje desde el apartado contacto que no tendré inconveniente ninguno en indicaros e incluso enviaros una reina.

 

Filo: Arthropodad / Subfilo: Hexapoda / Clase: Insecta / Orden: Hymenoptera / Suborden: Apocrita / Sección: Aculeata / Superfamilia: Vespoidea / Familia: Formicidae / Subfamilia: Myrmicinae.

Tienen dos segmentos aislados (peciolo y pospeciolo), separando el tórax y el abdomen. Sus mandíbulas son triangulares y están dentadas en el borde masticador. Los ojos son ovalados.

Las reinas miden alrededor de 13 mm., los machos 8 y las obreras entre 4 y 12. Estas obreras presentan dos castas distintas y bien diferenciadas, las majors que son auténticas cabezonas con la cabeza de color rojizo y las minors, las más pequeñas, aunque también hay tamaños intermedios. También las reinas pueden tener la cabeza rojiza, siendo el resto del cuerpo de color negro.

Son principalmente granívoras, alimentándose también de insectos para obtener proteínas. A las semillas cuando las llevan al hormiguero les cortan el órgano germinador y las almacenan en verdaderos graneros. Para alimentarse vierten sus jugos sobre ellas y las mastican haciendo una papilla, que es de la que se alimentan, tanto ellas como las larvas.

Esta especie solo tiene una reina por hormiguero, la cual como dije antes, tras enterrarse permanecerá en el nido madurando los órganos ponedores hasta la primavera, cuando realizará su primera puesta. Durante este tiempo sólo se alimentará de los músculos alares y de las reservas de grasa. Al principio sólo habrá obreras minors, aumentando el tamaño de las obreras a medida que va creciendo el hormiguero, hasta la aparición de las grandes cabezonas cuando este ya esté consolidado, los cuales llegan a tener miles de individuos.

Además de comunicarse mediante la emisión de feromonas como todas las hormigas, cuentan con un órgano estridulador que emite sonidos, orientándose también con la posición de sol, el cual hacen reflejar sobre ellas para orientar a las demás. Todos estos medios son muy importantes a la hora de mostrar a las demás las nuevas fuentes de alimentos y el camino para llegar a ellas.

Son muy frecuentes en verano las grandes luchas entre hormigueros, produciéndose verdaderas matanzas que suelen finalizar con la aniquilación de uno de ellos. 

4 respuestas a «Messor barbarus (Linnaeus, 1767)»

    1. Me alegra mucho que te haya gustado y muchas gracias por comentar. A mí personalmente son de las hormigas que más me gustan. Te animo a suscribirte al blog, así cuando publique una nueva entrada te llegará un mensaje avisando. De nuevo, gracias.

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