Bombus terrestris lusitanicus – ABEJORRO COMUN

De pequeño me llamaba mucho la atención oír decir a todo el mundo que los abejorros eran unos vagos, y que eran la reina y las obreras las que trabajaban en la colmena. Y yo la verdad cuando los veía tan afanados de flor en flor, muchas veces con las patas llenas de polen, me hacía mil cábalas pensando en que todo el mundo estaba equivocado, porque yo los veía trabajar un montón.

Y la luz se hizo en algún momento que no puedo precisar, en el que descubrí que estos dulces abejorros nada tenían que ver con los zánganos de las colmenas, quienes sí eran los zampones a los que se refería la gente, que tenían por única misión fecundar a las reinas, para morir tras ello.

Pero claro, mi cabeza infantil se había ido del femenino abeja al masculino abejorro, como el macho de la gata era el gato o de la perra el perro; juntando ambas especies en un revoltijo que nada tenía que ver con la realidad.

Lo que ya descubrí con los años es que los abejorros también tenían, como nuestras abejas, hembras y machos, siendo las primeras las reinas y las obreras y los segundos, los zánganos tragones. Así que lo que veía cogiendo polen de flor en flor, era en definitiva, otra pobre y trabajadora obrera, pero en este caso, de abejorro común. Hay que añadir que a las reinas también se las puede ver trabajando afanosamente, porque cuando todavía no tienen fundada la colonia, de algo tienen que alimentarse.

El motivo de contaros esto es que como ellos anuncian su llegada con su potente zumbido, para más tarde mostrarnos su bonito colorido, que a mi particularmente me gusta bastante, es que cada vez que los oigo, no puedo evitar recordar aquellos líos que me traía en mi infantil cabeza y echar una sonrisa. Y hablando de zumbidos, esta forma de recolectar zumbando, es la única con la que se consigue polinizar algunas plantas, como por ejemplo los tomates.

Filo: Arthropoda – Subfilo: Hexápoda – Clase: Insecta – Orden: Hymenoptea – Suborden: Apocrita – Sección: Aculeata – Superfamilia: Apoidea/Antophila – Familia: Apidae – Subfamilia: Apinae.

Nombre científico: Bombus terrestris lusitanicus Krüger, 1956.

Las reinas miden aproximadamente 2’7 cm. y las obreras y los machos unos 2 cm. de longitud. Las dos primeras poseen aguijón, mientras que los zánganos carecen de él. A diferencia de las abejas, el aguijón de los abejorros no tiene arpones, motivo por el cual tras su utilización no queda agarrado y se desprende del cuerpo, pudiendo volver a ser utilizado nuevamente. La picadura causa efectos similares a la de la abeja común.

Tienen el cuerpo dividido en tres partes: cabeza, tórax y abdomen. La cabeza es de color negro, el tórax también pero con una banda amarilla en su parte central y el abdomen es igual que el tórax pero con el extremo de color blanco.

Tras aparearse las reinas fecundadas invernan en un agujero bajo tierra hasta la llegada de la primavera, momento en el cual busca un lugar para formar la colmena. Una vez encontrado, pone los primeros huevos de los que nacen las primeras obreras, incrementando entonces la puesta de huevos mientras que las obreras se dedican a las labores de cría y recolección. A medida que la colonia se va haciendo más grande también aumenta el tamaño de los abejorros, hasta que con la finalización del verano la reina muere y nacen nuevas reinas y machos que abandonan la colonia para aparearse, e iniciar nuevamente el proceso en la siguiente temporada.

Las colonias de abejorros no son muy numerosas, en su momento de mayor cantidad de miembros, no suelen superar las 200 unidades, aunque algunos investigadores citan algunas de 400.

Se alimenta del néctar y polen de las flores, siendo uno de los grandes polinizadores de nuestros árboles y plantas, no en vano, es una de las especies utilizadas comercialmente para este fin.

Y por último añadir que esta subespecie de abejorro es endémica de la península ibérica, aunque con los fines comerciales mencionados antes, muchos son los países que ya cuentan con su presencia.