Rumina decollata – CARACOL DEGOLLADO

Muchas veces cosas delicadas y aparentemente inofensivas resultan esconder una oscura realidad, y cuando vas sabiendo cosas sobre ellas descubres que de delicado tienen poco y de inofensivo menos. Así me ha pasado a mi con este caracolillo, que de sentir pena por él, he pasado a creer que menudo salvaje está hecho.

Recuerdo que la primera vez que vi un ejemplar de esta especie pensé que al pobre se le había roto la concha. Lejos estaba de saber que cuando son jóvenes tienen la espiral completa, pero a medida que van creciendo está se le va rompiendo y truncando, quedando de esa forma y de ahí le proviene el nombre de caracol degollado.

Pero claro, al seguir viendo más ejemplares con la concha rota, pues ya me puse a investigar sobre ellos. Como me ha parecido una cosa curiosa e igual mucha gente tampoco los conoce, me pareció apropiado dedicarles una entrada en el blog y en ello estoy.

Tampoco sabía que es una especie muy voraz y omnívora, un gran cazador que se alimenta de otros caracoles y babosas, así como de sus puestas, y de pequeños insectos y lombrices. Esta capacidad depredatoria ha sido utilizada para combatir biológicamente plagas de otros caracoles y babosas en multitud de países donde ha sido introducido con este fin.

Mi opinión personal es que si la plaga es a gran escala su utilización puede ser beneficiosa, ya que aunque también comen materia vegetal, tanto verde como en descomposición, los daños que causen en los cultivos serán nimios en comparación con los beneficios conseguidos; pero a pequeña escala en un huerto doméstico, cuando acaben con las babosas y caracoles, igual el remedio es peor que la enfermedad, y sinceramente, no se lo aconsejo a nadie, no vaya a ser que nos quedemos sin cosecha.

Además, es suficiente contar con un único ejemplar para hacernos con un gran ejército de ellos, porque aunque son hermafroditas, tienen la capacidad de autofecundarse ellos mismos. Vamos, que empiezas teniendo uno solo y acabas con una plaga.

Resumiendo, voracidad y autofecundación, mala combinación. Mejor dejemos que la naturaleza siga su curso, veámoslos donde estén distribuidos naturalmente y dejémonos de experimentos.

Ejemplar juvenil con la concha completa

Reino: Animalia / Filo: Mollusca / Clase: Gastropoda / Subclase: Pulmonata / Orden: Stylommatophora / Familia: Subulinidae / Subfamilia: Rumininae

Nombre científico: Rumina decollata (Linnaeus, 1758).

Otros nombres: caracola, caracola de tierra, caracol destructor y caracola mediterránea.

La concha, que puede llegar a superar los 4 centímetros de longitud, es alargada, dura, cónica con forma de espiral, siendo la última vuelta mucho más grande que las anteriores. En los ejemplares jóvenes presenta entre 8 y 10 vueltas, conservando los adultos sólo 4 o 6 de ellas. Suele ser de color pardo brillante, con el labio de apertura de color blanco y cuando se vacían se vuelven blancas al decolorarse por el sol.

El molusco es pequeño, blanco con manchas oscuras en el cuerpo, aunque a veces es negro grisáceo o verde pardusco. Las antenas superiores son largas y de color gris tirando a transparentes. Su lengua con la que tritura a sus presas, es una lámina de quitina cubierta de infinidad de diminutos dientes, a modo de lija.

Las puestas, que son enterradas en el suelo, suelen realizarlas entre mayo y octubre, constando de unos 40 huevos de cáscara dura y forma cilíndrica de 2’5 mm. de diámetro

No tienen una longevidad muy larga, ya que no suelen vivir más de dos años.

Prefiere los lugares húmedos, pero tolera bien condiciones secas y ambientes soleados, siempre por debajo de los 2.000 metros de altitud.

Es de hábitos predominantemente nocturnos y aumenta su actividad los días de lluvia.

Extendido por la totalidad de la península ibérica.