Papilio machaon Linnaeus 1758 – MARIPOSA REY

Muchas veces he visto esta mariposa y siempre me ha parecido una de las más bonitas, si no la que más. Y es que tanto su variado colorido y gran tamaño, como su forma, con esas prolongaciones que tiene en las alas, hace que llame muchísimo la atención.

¿Y lo grácil de su vuelo? Que tan pronto están planeando majestuosamente, como haciendo ágiles giros, para luego posarse sutilmente en cualquier flor. Una elegancia.

Esta llegó volando a una planta de romero que tengo en el huerto para alimentarse. Debía tener mucha hambre porque me ha dejado hacerle fotografías sin inmutarse, cosa que nunca conseguí con otros ejemplares que divisé y que siempre me dejaron con la frustración de conseguirlo. Pero ya está, prueba superada y como diría el rey emérito, lleno de orgullo y satisfacción.

Es maravilloso lo que ha evolucionado la tecnología en los últimos tiempos y que sólo con un click, puedas tener el recuerdo de un momento para siempre. Digo esto porque recuerdo que de niño intenté hacer una colección de mariposas, sin mucho éxito la verdad. Improvisé un cazamariposas con un palo, un trozo de alambre y una red de esas en las que venían las naranjas, y me lancé a recorrer los prados del pueblo. Alguna pobre si cayó en mis manos, para tristemente morir clavada en un alfiler. Suerte para ellas que mi artefacto no tardó en desarmarse y pasaba más tiempo atando cuerdas que otra cosa, así que abandoné la empresa y a dios gracias muchas no fueron las capturadas. De ahí mi alegría de poder conservarlas de forma digital y que ellas puedan seguir volando libremente.

Filo: Arthropoda / Subfilo: Hexápoda / Clase: Insecta / Superfamilia: Papilionoidea / Familia: Papilonidae.

También se la conoce como cola de golondrina, macaón o reina de la ruda.

Esta mariposa es una de las más grandes que tenemos, pudiendo llegar a tener una envergadura alar de hasta 10 cm. de longitud, siendo las hembras algo mayores que los machos. Es de colores negros, azulados y amarillos crema, con un ocelo rojo y amarillo y una cola en cada ala posterior. Los machos y las hembras únicamente se diferencian en la forma del abdomen, más abombado en ellas y puntiagudo en ellos.

Se la puede observar entre los meses de abril y agosto, llegando a producir hasta tres generaciones anuales si las condiciones climáticas son propicias. Se alimentan del néctar de las flores de cardos, lilas, hinojo, ruda, perejil y zanahoria, entre otras, y es común verla bebiendo en estanques o similares, siendo frecuente observarla en prados floridos, áreas abiertas, márgenes de caminos y jardines.

Es curiosa la costumbre que tienen los machos de agruparse para volar, realizando bonitas acrobacias. Vuelos posiblemente que tengan fines reproductores.

La puesta de huevos se realiza de uno en uno en las hojas de la planta nutricia. Aproximadamente a la semana nacen las orugas, de cuerpo oscuro y forma parecida a un excremento de pájaro. En sólo dos semanas, multiplica por mil su peso, hecho éste que, al parecer, ningún otro animal conocido puede lograr. Al crecer su cuerpo se vuelve rechoncho y adquieren color verde claro con anillos negros y manchas rojizas, siendo muy vistosas. Cuando son molestadas proyectan un órgano rojizo bifurcado que está situado detrás de la cabeza. Dicho órgano, llamado osmeterio, emite un olor acre a ácido butírico con el que se pretende asustar al posible depredador, terminado el peligro el órgano se retrae.

Las crisálidas son de color variable, verdes durante la primavera y el verano y grisáceas durante el invierno. Se sujetan a los tallos de la planta nutricia por el extremo del abdomen con un cinturón de seda.

Está presente en toda la península ibérica en alturas inferiores a los 2.000 metros.

Oruga ya atada con el cinturón para empezar la transformación en crisálida.
Crisálida completamente formada

Thaumetopoea pityocampa (Denis & Schiffermüller, 1775) – PROCESIONARIA DEL PINO

El pasado miércoles por la mañana me encontré con una fila de orugas de esta original y peligrosa especie. Original por su forma de procesionar, en fila una tras otra, al mismo ritmo y sin perderse, así como por su forma de vida, sobre la que más adelante hablaré. Peligrosa por las reacciones alérgicas que pueden provocar si se tiene contacto con ellas, que suelen ser más graves en los animales al ser el contacto más directo. Como dueño de perro temo siempre la llegada de esta temporada, más teniendo un parque al lado con pinos.

El año pasado sin ir más lejos, el perrito de un vecino tocó una con el morro y lo tuvieron que tener ingresado en una clínica veterinaria unos cuantos días. El pobre no lo pasó nada bien y por suerte, no tuvo efectos secundarios y quedó perfecto. Sin embargo, leyendo sobre ellas he visto fotografías de animales que han perdido incluso un trozo de lengua, así que peligro, sí tienen.

Como estaba con el perro y enseguida tuve claro cuál iba a ser la siguiente entrada del blog, lo subí a casa y bajé para grabarlas en vídeo. La semana anterior ya observé una subiendo por un platanero, por lo que fotografías ya tenía. Me pareció raro ver una sólo, pero la cosa estaba clara, ya había empezado la temporada de las procesiones, igual influye la cercanía de la Semana Santa.

En el video que incluyo a continuación de la fotografía, hice un experimento y les interrumpí la hilera para que veáis su reacción.

Pincha aquí para ver el vídeo del avance en procesión

Filo: Arthropoda /Subfilo: Hexápoda /Clase: Insecta / Orden: Lepidóptera / Superfamilia: Noctuoidea / Familia: Notodontidae / Subfamilia: Thaumatopoeinae

Las polillas de esta especie son nocturnas y vuelan en verano, teniendo un ciclo de vida muy corto de 2 ó 3 días. Tras aparearse las hembras ponen los huevos en las acículas de los pinos, formando un cilindro alrededor de una hoja de unos 300 huevos, que luego forra con sus escamas. Aprovecho para dedicar la entrada a mi amigo Manuel Ángel Blanco y agradecerle el envío de la fotografía de la puesta.

Las hembras son más grandes que los machos, llegando a tener una envergadura alar de 5 cm. El tórax se encuentra cubierto de pelos grisáceos y el abdomen es cilíndrico y grueso cubierto de escamas doradas. Las alas anteriores son grisáceas y las posteriores blanquecinas. Los machos son más estilizados que las hembras, con tórax mucho más peludo y tienen tres franjas más oscuras en las alas anteriores. Las antenas en ellos son mucho más pectinadas (forma de peine) que las de ellas, que parecen más filamentosas.

Al mes nacen las larvas que comienzan a alimentarse de los brotes y hojas del pino. Al principio son gregarias, pero hacia el final del verano se agrupan formando bolsones en las partes más soleadas del pino para protegerse del frío invernal, coincidiendo más o menos con la tercera fase larvaria. En los bolsones pasan el día, y al atardecer siempre guiadas por una hembra salen alimentarse en hilera.

Tras pasar por cinco fases larvarias, al llegar la primavera bajan de los árboles en procesión buscando un lugar donde enterrarse, más o menos a unos 20 cm. de profundidad, e hilar un capullo de seda de color castaño rojizo extremadamente urticante, de donde emergerá a partir del mes la polilla. Si las condiciones climáticas no son las adecuadas, pueden permanecer en esta forma de crisálida hasta cuatro años, entrando en un estado que se conoce como diapausa.

Las orugas producen estas irritaciones a partir del tercer estadio larvario, que es cuando desarrollan los pelos urticantes de color blanquecino, que lanzan al aire cuando son molestadas y adquieren la coloración parda.

Nezara viridula (Linnaeus, 1758) – CHINCHE VERDE

Vivir al lado de un parque hace que a veces te encuentres con visitas inesperadas. Este es el caso de este bichito que el otro día por la mañana, se ve que aprovechando el soleado día de invierno, interrumpió su reposo, salió de su escondite y echó a volar hasta que se posó en el alfeizar de la ventana de la terraza. Le estuve haciendo unas fotografías hasta que llegó al borde y para que no se cayera, lo empujé hacia adentro con el dedo. Son increíbles las buenas ideas que se me ocurren a veces. Vaya olor más repugnante que me dejó, madre mía, asquerosísimo. Conclusión, se acabó la sesión de fotos y ahí lo dejé tranquilo a su libre albedrío, deseando que marchara con viento fresco.

Fue un fallo muy grande por mi parte porque es muy parecido a los que venían con el grano, cuando de pequeño en el pueblo iba a cosechar con mis abuelos, aunque eran la mitad de pequeños y de color pardo amarillento o marrón. Aquellos, al tocarlos también desprendían un olor bastante malo, así que debía haber asociado que no sólo se parecían en el físico. Pero en esta vida, de todo se aprende, aunque sea experimentando en las propias carnes.

Es una pena no haber sabido antes con qué otros nombres se lo conocía, me hubiera dado una pista, porque llamarse hedionda, panderola, pudenta o chinche pestosa, no es una muy buena señal que digamos. Parece ser que entre el tercer par de patas tienen una glándula que es la que segrega el mal olor cuando son molestados o se sienten amenazados.

Hablando de otra cosa, me llama mucho la atención sus ojos. Me recuerdan a aquellos faros que tenían los 2 CV, aunque la parte plana sea la trasera. Muy graciosos.

Filo: Arthropoda / Subfilo: Hexápoda / Clase: Insecta / Orden: Hemiptera / Suborden: Heteroptera / Infraorden: Pentatomomorpha / Superfamilia: Pentatomoidea – Pentatomidae – Pentatominae / Tribu: Pentatomini

Mide 1’5 cm. de largo y 0’8 cm. de ancho, siendo los machos ligeramente más pequeños que las hembras. Es de color verde, a excepción de las antenas que siempre son de color castaño. A veces, las partes anteriores y el borde del tórax y la cabeza son amarillentos. Con la edad se oscurece, pasando a tener tonalidad marrón, como el ejemplar de la fotografía.

Pasan el invierno en estado adulto refugiados entre la vegetación y al llegar la primavera, tras la cópula, realizan una puesta de unos 100 huevos de color amarillento que con el tiempo se vuelven anaranjados, formando una figura hexagonal como la de un panal de abejas. La puesta la realizan siempre en el envés de las hojas. A los cinco días nacen las ninfas, que durante 30 días pasan por cinco estadios diferentes hasta que se convierten en el insecto adulto. Durante las primeras fases son de color negro y en las siguientes van adquiriendo una coloración verde con manchas blancas y rojas.

A las 3 ó 4 semanas de ser adultos, son sexualmente maduros, viviendo en verano unos 40 días. Por consiguiente pueden sacar dos o tres generaciones al año. La última generación al llegar el invierno entra en un estado de dormancia que le permite vivir más tiempo hasta la llegada del buen tiempo.

Se alimentan absorbiendo la savia de gran variedad de plantas, a la vez que inyectan una saliva tóxica que causa anomalías y deformaciones en plantas y frutos. Los mayores daños los causan las ninfas en los primeros estadios.

AMPLIACIÓN 13-05-2018. Que se llame chinche verde y no tener una foto con este color me tenía un poco preocupado. Pero el pasado martes encontré en el huerto un ejemplar con esta coloración veraniega, así que problema solucionado, añado una fotografía y un pequeño vídeo que le pude grabar hasta que alzó el vuelo.

Pincha aquí para ver un pequeño vídeo sobre el ejemplar de la fotografía.

Pyrrhidium sanguineum (Linnaeus, 1758)

Llevaba toda la vida preguntándome qué clase de bichos serían los que comen la madera apilada en casa para quemar en la chimenea. Y es que llama la atención que cada vez que te acercas al montón de leña, es inevitable escuchar el ruido que hacen al masticarla. Lo máximo que había llegado a saber de ellos era que dejaban los troncos agujereados por doquier y que cuando se desprendía un trozo de corteza, había serrín a montones y a veces se veían unos surcos.

Además da igual la época del año que sea, es indiferente primavera, verano, otoño o invierno, el crick, crick, crick, es constante por la mañana, tarde o noche.

Lo que no esperaba es que fuera a descubrir quién era el responsable de estos ruidos por casualidad y menos dentro de casa. Hasta que un día por el suelo del salón vi que caminaba un bichejo de color rojo que me llamó mucho la atención y le hice unas cuantas fotografías. El bicho salió de unos troncos de roble que al llegar un viernes al pueblo, se dejaron en el suelo mientras se prendía la chimenea con leña más menuda, y quién sabe, igual viendo donde iba a ir a parar, inició la escapada hasta que fue sorprendido.

Un experto en este tipo de insectos me lo ha identificado amablemente y luego ya buscando información, la cuestión ha quedado clara. No se trataba de un insecto que se hubiera metido entre la madera buscando protección, si no que había surgido de ella, donde seguramente se había hecho adulto.

Aunque los responsables de hacer el ruido no son ellos, si no que son sus larvas que crecen en la madera, de la cual se alimentan hasta que se transforman en adultos. Tienen que tener unas mandíbulas tremendas, porque algunos troncos además de secos, son duros de roer a más no poder.

No debe ser un insecto que esté muy estudiado y del que se sepa mucho, ya que me ha costado bastante hallar información sobre él, siendo lo que escribo abajo lo más importante que he encontrado.

Filo: Arthropoda / Subfilo: Hexápoda / Clase: Insecta / Orden: Coleoptera / Suborden: Polyphaga / Infraorden: Cucujiformia / Superfamilia: Chrysomeloidea / Familia: Cerambycidae / Subfamilia: Cerambycinae / Tribu: Callidiini

De adultos miden entre 6 y 13 mm. Son de color negro o pardo, con la parte delantera del tórax y los élitros de un color rojo sangre muy brillante que los hace muy llamativos. Los élitros como ya he comentado alguna vez son las alas endurecidas que recubren el tórax, protegen las alas verdaderas y por consiguiente no sirven para volar. La cabeza es muy punteada y está recubierta, al igual que las patas y antenas, de pelos sedosos de color dorado. Las patas son cortas y robustas y las antenas alargadas y filamentosas.

Su ciclo biológico dura dos años. Los adultos vuelan en primavera, aproximadamente de marzo a mayo. Depositan los huevos en abedules, robles, castaños, hayas, e incluso árboles frutales, donde nacen las larvas que completan en ellos su ciclo biológico hasta transformarse en adultos.

Está extendido principalmente por la mitad oeste de la península ibérica. 

Coccinella septempunctata Linnaeus, 1758 – MARIQUITA DE 7 PUNTOS

Hace unos días por la mañana, mientras estaba realizando tareas de limpieza en el huerto, al arrancar unas ortigas una pequeña mariquita cayó al suelo. Hace años, como cientos de veces cuando era niño, la hubiera puesto en la mano y le hubiera empezado a cantar aquello de “mariquita de Dios, cuéntame los dedos y vuela hacia Dios”, hasta que hubiera salido volando. Algunas veces tanto las mareaba que recuerdo que echaban un líquido de color amarillo, no muy agradable por cierto, y claro, también salían volando.

En lugar de eso me he quedado observándola. La pobre al caminar por la tierra recién removida no hacía más que despeñarse. No es que el terreno estuviera muy desigual, pero para un bichito tan pequeño, a la pobre se le hacía un mundo poder avanzar. Al final, con mucho trabajo y tras un largo periplo, ha conseguido subirse a otra ortiga, trepar hasta la parte más alta y allí sí ha logrado abrir las alas e iniciar el vuelo. He grabado un vídeo, del que añado un vínculo debajo de la fotografía para que veáis un trozo de su odisea.

A mí siempre me han parecido muy simpáticas estas mariquitas, tan pequeñitas e indefensas. Siempre hay insectos que dan un poco de repelus, pero con ellas nunca ha sido el caso. No sé, son unos bichitos que además de ser bonitos, inspiran hasta cariño si me apuras un poco.

Una cosa importante es que nuestra amiga es una gran ayudante de agricultores y horticultores, ya que se alimenta exclusivamente de pulgones y cochinillas, tanto de larva como de adulta. No en vano, en muchos lugares es utilizada en la lucha biológica contra estas plagas, mediante la suelta de ejemplares procedentes de criaderos.

Para ver el vídeo de cómo consigue echar a volar pincha aquí

Filo: Arthropoda / Subfilo: Hexápoda / Clase: Insecta / Orden: Coleoptera / Suborden: Polyphaga / Infraorden: Cucujiformia / Superfamilia: Cucojoidea / Familia: Coccinellidae

No suelen medir más de 8 mm. y tienen un cuerpo ovalado y convexo. La parte delantera (cabeza y pronoto) es de color negro, presentando dos manchas blancas cada una. La parte trasera está cubierta por unos élitros (alas endurecidas) de color rojo, que es donde presenta los 7 puntos de color negro que le dan nombre, bajo ellos se encuentran las alas replegadas. Las antenas y las patas son también de color negro. Los machos se diferencian de las hembras en que tienen unas pequeñas pilosidades en el último segmento del abdomen.

Realizan dos puestas al año, de aproximadamente 400 huevos ovalados de color amarillento, que depositan bajo las hojas o en grietas. Las larvas cuando nacen ya demuestran ser muy voraces, pues inmediatamente empiezan a comer los huevos que no han nacido. Son de color gris o azulado, muy segmentadas, con espinas negras y manchas amarillas en los laterales. Durante esta etapa, que suele durar dos meses, mudan tres veces la piel, hasta que se transforman en pupas. La pupa es grisácea o negruzca, con márgenes blancos o anaranjados. Este es el estado en el que permanecerá estática, fijada a alguna superficie, mientras se transforma en el insecto adulto.