Mytilus galloprovincialis – MEJILLON AZUL

Fuente inestimable de proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos sumamente beneficiosos para el organismo, desde tiempos inmemoriales ha sido consumido por el ser humano. Tan grande es su demanda que por todos es bien conocido su cultivo en las tradicionales bateas de nuestra Galicia. Y aunque estamos acostumbrados a verlos dentro de mallas de plástico en los establecimientos comerciales, no es este su único lugar de procedencia.

Recuerdo la primera vez que de niño mis padres me llevaron a ver el mar. Comprenderéis que como cualquier niño de interior que por primera vez lo ve, me quedé alucinado, y luego jugando en las rocas otra sorpresa más… Era increíble que estuvieran llenas de esos mejillones que tanto me gustaban, los quería coger todos y llevármelos para casa, menuda panzada me iba a pegar. Poco tardé en comprender que no era una tarea tan fácil y que estaban muy bien agarrados, así que pasado el interés inicial, a otra cosa mariposa, que era mi primer día de playa.

Tengo que reconocer que en siguientes incursiones ya conseguí arrancar alguno, que iba recolectando en los habituales cubos de plástico infantiles, convenientemente acondicionados a medio llenar con agua de mar y un poco de arena en el fondo, lo que indudablemente hacía que estuvieran más cómodos. Esos esmerados cuidados no fueron suficientes para evitar que se echaran a perder. Incluso creo recordar haber intentado traer algunos pequeñajos dentro de una botella de plástico con agua marina, la cual desaparecía cuando el olor hacía que fuera detectada por el fino olfato de mi madre.

Pero hay cosas que no cambian con el tiempo, y ahora ya con unos cuantos años más, sigo disfrutando acercándome a ver sus aglomeraciones en las rocas. Algo hemos ganado porque ya no siento interés en querer arrancarlos y llevármelos para casa. Igual también influye saber que hay leyes que lo prohíben, las cuales no entran en la cabeza de un niño, pero que perfectamente disuaden al bolsillo de un adulto.

Reino: Animalia / Filo: Mollusca / Clase: Bivalvia / Subclase: Pteriomorphia / Orden: Mytiloida / Familia: Mytilidae.

Nombre científico: Mytilus galloprovincialis Lamarck, 1819.

Otros nombres: mejillón mediterráneo.

Nuestro popular mejillón es un molusco bivalvo, es decir que tiene una concha formada por dos valvas de aspecto alargado ovalado, algo triangulares y picudas en un extremo, de color negro azulado brillante en su parte externa y gris azulado nacarado en la interna. En su superficie se pueden apreciar las estrías concéntricas del crecimiento.

El aspecto es igual en los machos que en las hembras, pero en la época próxima a la reproducción el tono de las hembras cambia a rojizo, permaneciendo el de los machos blanco cremoso.

Vive pegado a las rocas en comunidades bastante numerosos en la zona intermareal o submareal de poca profundidad.

Entre los 3 y los 8 meses de edad adquieren la madurez sexual. Parece ser que el desove tiene lugar durante todo el año, aunque hay dos picos mucho más importantes en la primavera y el otoño. Estimulados por factores ambientales, especialmente la luna llena, se produce el desove. En él las hembras son capaces de liberar hasta un millón de huevos, tras lo cual quedan muy enflaquecidas.

Tras ser fecundados los huevos se produce la transformación al estado de larva, las cuales permanecen flotando en profundidades no inferiores a 10 metros durante los primeros días, fijándose posteriormente en el fondo, hasta que tras tres o cuatro semanas alcanzan un tamaño superior a un milímetro y se fijan definitivamente en las rocas mediante un biso filamentoso, formando esas aglomeraciones que estamos acostumbrados a ver.

Su sistema de alimentación es mediante filtrado del agua, de la que toman la materia orgánica que necesitan, fundamentalmente microalgas y larvas microscópicas. Pueden llegar a filtrar hasta 8 litros de agua cada hora.

Suelen vivir unos cuatro años, pudiendo llegar a alcanzar hasta 15 cm. de longitud.

Extendido por la totalidad de la costa de la península ibérica, de donde es autóctono, en algunos países ha sido llegado a declarar especie invasora.

Rumina decollata – CARACOL DEGOLLADO

Muchas veces cosas delicadas y aparentemente inofensivas resultan esconder una oscura realidad, y cuando vas sabiendo cosas sobre ellas descubres que de delicado tienen poco y de inofensivo menos. Así me ha pasado a mi con este caracolillo, que de sentir pena por él, he pasado a creer que menudo salvaje está hecho.

Recuerdo que la primera vez que vi un ejemplar de esta especie pensé que al pobre se le había roto la concha. Lejos estaba de saber que cuando son jóvenes tienen la espiral completa, pero a medida que van creciendo está se le va rompiendo y truncando, quedando de esa forma y de ahí le proviene el nombre de caracol degollado.

Pero claro, al seguir viendo más ejemplares con la concha rota, pues ya me puse a investigar sobre ellos. Como me ha parecido una cosa curiosa e igual mucha gente tampoco los conoce, me pareció apropiado dedicarles una entrada en el blog y en ello estoy.

Tampoco sabía que es una especie muy voraz y omnívora, un gran cazador que se alimenta de otros caracoles y babosas, así como de sus puestas, y de pequeños insectos y lombrices. Esta capacidad depredatoria ha sido utilizada para combatir biológicamente plagas de otros caracoles y babosas en multitud de países donde ha sido introducido con este fin.

Mi opinión personal es que si la plaga es a gran escala su utilización puede ser beneficiosa, ya que aunque también comen materia vegetal, tanto verde como en descomposición, los daños que causen en los cultivos serán nimios en comparación con los beneficios conseguidos; pero a pequeña escala en un huerto doméstico, cuando acaben con las babosas y caracoles, igual el remedio es peor que la enfermedad, y sinceramente, no se lo aconsejo a nadie, no vaya a ser que nos quedemos sin cosecha.

Además, es suficiente contar con un único ejemplar para hacernos con un gran ejército de ellos, porque aunque son hermafroditas, tienen la capacidad de autofecundarse ellos mismos. Vamos, que empiezas teniendo uno solo y acabas con una plaga.

Resumiendo, voracidad y autofecundación, mala combinación. Mejor dejemos que la naturaleza siga su curso, veámoslos donde estén distribuidos naturalmente y dejémonos de experimentos.

Ejemplar juvenil con la concha completa

Reino: Animalia / Filo: Mollusca / Clase: Gastropoda / Subclase: Pulmonata / Orden: Stylommatophora / Familia: Subulinidae / Subfamilia: Rumininae

Nombre científico: Rumina decollata (Linnaeus, 1758).

Otros nombres: caracola, caracola de tierra, caracol destructor y caracola mediterránea.

La concha, que puede llegar a superar los 4 centímetros de longitud, es alargada, dura, cónica con forma de espiral, siendo la última vuelta mucho más grande que las anteriores. En los ejemplares jóvenes presenta entre 8 y 10 vueltas, conservando los adultos sólo 4 o 6 de ellas. Suele ser de color pardo brillante, con el labio de apertura de color blanco y cuando se vacían se vuelven blancas al decolorarse por el sol.

El molusco es pequeño, blanco con manchas oscuras en el cuerpo, aunque a veces es negro grisáceo o verde pardusco. Las antenas superiores son largas y de color gris tirando a transparentes. Su lengua con la que tritura a sus presas, es una lámina de quitina cubierta de infinidad de diminutos dientes, a modo de lija.

Las puestas, que son enterradas en el suelo, suelen realizarlas entre mayo y octubre, constando de unos 40 huevos de cáscara dura y forma cilíndrica de 2’5 mm. de diámetro

No tienen una longevidad muy larga, ya que no suelen vivir más de dos años.

Prefiere los lugares húmedos, pero tolera bien condiciones secas y ambientes soleados, siempre por debajo de los 2.000 metros de altitud.

Es de hábitos predominantemente nocturnos y aumenta su actividad los días de lluvia.

Extendido por la totalidad de la península ibérica.

Passer domesticus – GORRION COMUN

Mucho había tardado en subir al blog una entrada sobre la más común de nuestras aves. La tardanza era debida a querer tener una buena y cercana fotografía de un ejemplar y la dificultad que estaba teniendo en conseguirla. Pero como casi todo en esta vida, basta que quieras una cosa para no tenerla, del mismo modo que en el momento que te olvidas de ella, se te presenta la ocasión, como ha sido el caso.

Y es que, tras tirar un montón de fotografías, no había una que me acabara de gustar o en la que se viera con claridad. Hasta que la otra mañana después de atender a los animalillos en la finca, me senté a unos pocos metros de la puerta del gallinero, de donde había salido instantes antes, y al rato sale pegando saltitos este juvenil ejemplar que veis. A saber dónde estaría metido, porque el tiempo que estuve dentro ni cuenta me di.

Lejos de remontar el vuelo y escapar a toda velocidad, se encamina hacia donde yo estaba y se me queda parado delante de los pies. Pues ahí estuvimos un buen rato mirándonos, sin miedo ninguno, ignorancia de la juventud imagino, porque de haber sido yo el gato gordo ese que a veces se deja ver por las inmediaciones, no habría tenido tan buen final.

En conclusión, le pude hacer un montón de fotografías, le eché mano y lo puse en el borde del bebedero de las gallinas para que bebiera agua, cosa que hizo con avidez. Igual era ese el motivo de andar medio atontado por la vida. Y cuando acabó, lo volví a coger para ayudarlo a salir del enmallado de tela y soltarlo fuera del recinto sin problemas. Se alejó volando alegremente y no lo volví a ver.

Aunque es uno de los pájaros más comunes, la verdad es que su número ha decrecido bastante. Y aunque en ocasiones son molestos como vecinos, el aporte que nos brindan como insecticida natural creo sinceramente que supera con creces los daños que pueden ocasionar. En consecuencia, animo al que pueda, a ayudarles con la alimentación y la bebida durante la época invernal, seguro que el beneficio que obtenemos a la larga se verá multiplicado con creces.

Filo. Chordata / Orden: Passeriformes / Familia: Paseridae.

Nombre científico: Passer domesticus (Linnaeus, 1758).

También se le conoce como pardal.

Nuestros gorriones pueden llegar a medir 16 cm. de longitud, a pesar unos 40 gramos y tener una envergadura alar de 21 cm.

Presentan una complexión robusta y un pico fuerte, cónico y grueso. Los machos tienen las mejillas grisáceas, capuchón de color gris, peto negro y una mancha de color marrón rojizo detrás de los ojos rodeando el cuello. La parte superior es marrón con manchas negras y las alas tienen una franja blanca. Las hembras, que son de menor tamaño, presentan una coloración gris uniforme en el pecho y partes inferiores; parda en las alas, cola y parte superior de la cabeza, y una pálida franja superciliar grisácea.

Las patas son de color marrón claro rosáceas y el iris es marrón rojizo. El pico es de color marrón oscuro con la base amarillenta, a excepción de los machos durante la época de cría que se les vuelve negro, y de los ejemplares jóvenes que lo tienen marrón oscuro con la punta amarilla.

La época de celo dura de marzo a septiembre. Durante ella pueden construir casi en cualquier sitio y con cualquier material un nido, en el que la hembra depositará entre 3 y 7 huevos, que ambos padres incubarán durante 11-15 días. Los polluelos permanecen en el nido entre 13 y 18 días, lo que les permite sacar varias camadas al año.

La alimentación es omnívora, como todos sabemos comen de todo, aunque su alimentación original fuera granívora, y su distribución está extendida a la totalidad de la península ibérica, donde está asentado todo el año y siempre ligados a enclaves humanos.

Rhinechis scalaris – CULEBRA DE ESCALERA

Dicen que quien tiene un amigo, tiene un tesoro y que gran verdad es. Incluso a veces tenemos amigos que cual ángeles de la guarda los tenemos ahí sin saberlo. Y así es el caso de esta culebra, que aunque somos propensos a que estos reptiles a primera vista nos causen repulsa, no somos conscientes de la gran cantidad de beneficios que desinteresadamente nos otorgan.

Además no son venenosas y su mordisco sería inofensivo aunque llegara a producirse, no son muchos los dientes que tienen. En conclusión poco o ninguno es el miedo que debieran producirnos. Pero claro quién es el valiente que al verlas no piensa en una víbora, el miedo es libre. En cualquier caso cuando son atrapados bufan, intentan morder y segregan por la cloaca un líquido viscoso maloliente, igual que si fueran niños en mitad de una rabieta, la cosa no va a más. Por cierto, cuando nos detectan tienden a desaparecer como alma que lleva el diablo.

Digo lo de los amigos porque tenerlas cerca es un seguro ahuyentador de roedores y así nos evitamos ver los sacos de grano agujereados, el césped lleno de autopistas y otros desastres que nos preparan los ratoncillos. De que deambulaban por las inmediaciones del huerto y el gallinero ya tenía constancia, al haber divisado varios ejemplares en otras ocasiones, lo que no he visto en todo este tiempo es ningún ratón, ni ningún saco de grano estropeado.

Este ejemplar de la fotografía es un individuo joven, casi con toda seguridad del año anterior. El pobre tuvo la desgracia de encontrarse con algún depredador que lo mató y abandonado lo dejo. Mucho me temo que un gato grande y gordo que a veces me observa trabajar, de esa forma que miran ellos como si no te estuvieran mirando, la vio también a ella y estuvo un rato divirtiéndose a su costa. Esta entrada se la dedico a Juan y Lourdes, porque ellos la encontraron ya muerta a la pobre, me avisaron y por otras muchas cosas.

Nombre científico: Rhinechis scalaris (Schinz, 1822). Antigua nominación la ubicaba en el género Zamenis.

Reino: Animalia / Filo: Chordata / Subfilo: Vertebrata / Clase: Sauropsida / Orden: Squamata / Suborden: Serpentes / Familia: Colubridae / Género: Rhinechis

Esta especie supera el metro y medio de longitud, siendo las hembras algo más grandes que los machos. El ejemplar más largo que se ha observado medía 1 metro y 65 cm. Su peso suele rondar los 250 gramos.

Tiene una cola corta, normalmente incompleta, fruto de sus encuentros con los depredadores, y la cabeza pequeña, aplanada y con hocico puntiagudo. Cuerpo grueso. Los machos suelen tener la cabeza más ancha que las hembras y una cola más larga.

El color del fondo es grisáceo con manchas dorsales en escalera en los ejemplares juveniles y amarillento con dos líneas longitudinales a cada lado en los adultos.

Se alimenta exclusivamente de pequeños vertebrados y es una grandísima escaladora, por lo que en su dieta también están incluidos los huevos y pollos de los nidos, así como pequeñas aves.

La cópula tiene lugar al principio de la primavera, realizando una puesta inferior a 15 huevos al final de la misma, eclosionando éstos en el mes de octubre. Para la puesta utilizan agujeros bajo piedras o rocas, huras de conejos o similares, siempre situados en lugares húmedos y soleados. Si la tierra está suelta la hembra puede excavar ella misma la madriguera. Suelen permanecer en sus cercanías protegiéndola.

Su actividad comienza al crepúsculo, continuando a lo largo de la noche. Tal vez sea este el motivo por el que no es muy frecuente avistarla.

En zonas frías hibernan y en las cálidas puede detectarse su presencia en invierno, sin embargo cuando las temperaturas son muy elevadas, tienden a aletargarse.

Está presente en toda la península ibérica a excepción de la franja norte cantábrica y las provincias del norte de Castilla y León, dónde sólo se detecta en las cercanías de los cursos fluviales.

Sciurus vulgaris – ARDILLA ROJA

Si la traviesa Campanilla amiga del mágico Peter Pan tuviera que tomar la forma de algún mamífero terrestre, no se me ocurre ninguno más indicado que este pequeño y entrañable diablillo. Y es que al igual que ella, corren, saltan, suben, bajan, incluso parece que vuelan, vamos, un terrible no parar, y si estás debajo de un pino, pues hasta te puede caer en la cabeza un trozo de piña o lo que hayan dejado de ella.

A pesar de todo, verlas tan esponjosas causa mucha ternura. Y si le añades ese aspecto algodonado, esa cola vivaracha, ese penacho de pelo que le sale junto a las orejas, ese corretear ondulado cuando están en el suelo… Unos soles, como nuestras entrañables amigas Chip y Chop, de aquellos dibujos animados de Disney que me amenizaron la infancia.

Muchas fueron las que vi durante mi etapa viviendo en Soria, y en libertad la verdad es que sólo recuerdo haberlas visto allí. Incluso en el parque de la ciudad, La Alameda de Cervantes, vulgarmente conocido como La Dehesa, había varias instaladas permanentemente, pero no de la manera que ahora os contaré.

No tenía pensado escribir esta entrada, pero un viaje a Soria de mi hija mayor Andrea, a quien le dedico esta entrada, ha desencadenado los acontecimientos. Ella no había vuelto por allí desde que nos trasladamos a vivir a Zamora y regresó muy contenta, exultante más bien diría yo. Mira que hay cosas interesantes y bonitas que ver en esta ciudad, pero lo que la había vuelto medio loca fue visitar el parque donde jugaba de niña, y ver que había un montón de ardillitas que te comían de la mano y a las que podías tocar sin temor. Se ve que durante todos estos años se han ido sociabilizando con el contacto humano y la comida fácil.

Como podréis comprender, fotos y vídeos que me trajo, y no me queda otra. El blog lo subtitulo animales y plantas que me voy encontrando, pero quién le puede negar algo a un hijo, máxime cuando es relacionado con esta afición por los animalillos. Concluyendo, el resultado es que la nueva entrada indirectamente la ha elegido ella, y yo contento. ¡A todos nos gusta que sigan nuestros pasos!

Nombre científico: Sciurus vulgaris Linnaeus, 1758 – ARDILLA ROJA

Reino: Animalia / Filo: Chordata / Subfilo: Vertebrata / Infrafilo: Gnathostom / Clase: Mammalia / Orden: Rodentia / Suborden: Sciurognathi / Superfamilia: Sciuroidea / Familia: Sciuridae / Subfamilia: Sciurinae.

Incluyendo su larga cola miden menos de 50 cm. y pueden llegar a pesar medio kilo. El pelaje en el dorso es rojizo pardusco o negruzco y blanco en la parte del vientre. Durante el invierno presentan junto a las orejas unos largos penachos. No hay diferencia entre machos y hembras, y los jóvenes sólo se reconocen por tener la cola menos tupida.

Es un animal plantígrado (que apoya en el suelo las plantas de las manos y los pies al caminar), que presenta cuadro dedos en las extremidades superiores y cinco en las inferiores, todos provistos de unas largas uñas curvas. Las traseras son bastante más largas que las delanteras.

Alcanzan la madurez sexual al año de edad, durando la gestación entre 36 y 42 días, tras los cuales suelen tener de 3 a 5 crías. Estas permanecen en el nido un mes y medio, independizándose a las nueve semanas de vida. Las hembras adultas tienen dos camadas al año, la primera en la primavera y la segunda en el verano, mientras que las hembras primerizas sólo tienen una. El cortejo sexual es muy simple, limitándose los machos a perseguir a las hembras en celo hasta que se produce el apareamiento, el cual es realizado por los más dominantes, desentendiéndose de toda actividad relacionada con la crianza tras la cópula.

Se alimenta de todo tipo de frutos y semillas, sintiendo predilección por los piñones, consumiendo también brotes de ramas, hongos, larvas de insectos y caracoles, y en épocas de escasez de alimentos, recurren a huevos, polluelos e incluso insectos.

De costumbres solitarias y diurnas, activo durante todo el año, disminuye la actividad hacia el mediodía para descansar en nidos redondeados que construye en las copas de los árboles o aprovechando los huecos de los troncos. De todos es bien conocida su actividad previsora, recolectando y guardando alimento para épocas de escasez.

Está presente en todo tipo de arbolado en la mitad superior norte de la península ibérica, encontrándose en la franja mediterránea más restringido su hábitat a zonas de pinares, siempre por debajo de los 2.000 metros de altitud.

Contamos con cuatro subespecies dependiendo de su zona de distribución: alpinus, numantius, infuscatus y segurae. Esta de la fotografía tiene que ser numantina sí o sí.