Thaumetopoea pityocampa (Denis & Schiffermüller, 1775) – PROCESIONARIA DEL PINO

El pasado miércoles por la mañana me encontré con una fila de orugas de esta original y peligrosa especie. Original por su forma de procesionar, en fila una tras otra, al mismo ritmo y sin perderse, así como por su forma de vida, sobre la que más adelante hablaré. Peligrosa por las reacciones alérgicas que pueden provocar si se tiene contacto con ellas, que suelen ser más graves en los animales al ser el contacto más directo. Como dueño de perro temo siempre la llegada de esta temporada, más teniendo un parque al lado con pinos.

El año pasado sin ir más lejos, el perrito de un vecino tocó una con el morro y lo tuvieron que tener ingresado en una clínica veterinaria unos cuantos días. El pobre no lo pasó nada bien y por suerte, no tuvo efectos secundarios y quedó perfecto. Sin embargo, leyendo sobre ellas he visto fotografías de animales que han perdido incluso un trozo de lengua, así que peligro, sí tienen.

Como estaba con el perro y enseguida tuve claro cuál iba a ser la siguiente entrada del blog, lo subí a casa y bajé para grabarlas en vídeo. La semana anterior ya observé una subiendo por un platanero, por lo que fotografías ya tenía. Me pareció raro ver una sólo, pero la cosa estaba clara, ya había empezado la temporada de las procesiones, igual influye la cercanía de la Semana Santa.

En el video que incluyo a continuación de la fotografía, hice un experimento y les interrumpí la hilera para que veáis su reacción.

Pincha aquí para ver el vídeo del avance en procesión

Filo: Arthropoda /Subfilo: Hexápoda /Clase: Insecta / Orden: Lepidóptera / Superfamilia: Noctuoidea / Familia: Notodontidae / Subfamilia: Thaumatopoeinae

Las polillas de esta especie son nocturnas y vuelan en verano, teniendo un ciclo de vida muy corto de 2 ó 3 días. Tras aparearse las hembras ponen los huevos en las acículas de los pinos, formando un cilindro alrededor de una hoja de unos 300 huevos, que luego forra con sus escamas. Aprovecho para dedicar la entrada a mi amigo Manuel Ángel Blanco y agradecerle el envío de la fotografía de la puesta.

Las hembras son más grandes que los machos, llegando a tener una envergadura alar de 5 cm. El tórax se encuentra cubierto de pelos grisáceos y el abdomen es cilíndrico y grueso cubierto de escamas doradas. Las alas anteriores son grisáceas y las posteriores blanquecinas. Los machos son más estilizados que las hembras, con tórax mucho más peludo y tienen tres franjas más oscuras en las alas anteriores. Las antenas en ellos son mucho más pectinadas (forma de peine) que las de ellas, que parecen más filamentosas.

Al mes nacen las larvas que comienzan a alimentarse de los brotes y hojas del pino. Al principio son gregarias, pero hacia el final del verano se agrupan formando bolsones en las partes más soleadas del pino para protegerse del frío invernal, coincidiendo más o menos con la tercera fase larvaria. En los bolsones pasan el día, y al atardecer siempre guiadas por una hembra salen alimentarse en hilera.

Tras pasar por cinco fases larvarias, al llegar la primavera bajan de los árboles en procesión buscando un lugar donde enterrarse, más o menos a unos 20 cm. de profundidad, e hilar un capullo de seda de color castaño rojizo extremadamente urticante, de donde emergerá a partir del mes la polilla. Si las condiciones climáticas no son las adecuadas, pueden permanecer en esta forma de crisálida hasta cuatro años, entrando en un estado que se conoce como diapausa.

Las orugas producen estas irritaciones a partir del tercer estadio larvario, que es cuando desarrollan los pelos urticantes de color blanquecino, que lanzan al aire cuando son molestadas y adquieren la coloración parda.

Nezara viridula (Linnaeus, 1758) – CHINCHE VERDE

Vivir al lado de un parque hace que a veces te encuentres con visitas inesperadas. Este es el caso de este bichito que el otro día por la mañana, se ve que aprovechando el soleado día de invierno, interrumpió su reposo, salió de su escondite y echó a volar hasta que se posó en el alfeizar de la ventana de la terraza. Le estuve haciendo unas fotografías hasta que llegó al borde y para que no se cayera, lo empujé hacia adentro con el dedo. Son increíbles las buenas ideas que se me ocurren a veces. Vaya olor más repugnante que me dejó, madre mía, asquerosísimo. Conclusión, se acabó la sesión de fotos y ahí lo dejé tranquilo a su libre albedrío, deseando que marchara con viento fresco.

Fue un fallo muy grande por mi parte porque es muy parecido a los que venían con el grano, cuando de pequeño en el pueblo iba a cosechar con mis abuelos, aunque eran la mitad de pequeños y de color pardo amarillento o marrón. Aquellos, al tocarlos también desprendían un olor bastante malo, así que debía haber asociado que no sólo se parecían en el físico. Pero en esta vida, de todo se aprende, aunque sea experimentando en las propias carnes.

Es una pena no haber sabido antes con qué otros nombres se lo conocía, me hubiera dado una pista, porque llamarse hedionda, panderola, pudenta o chinche pestosa, no es una muy buena señal que digamos. Parece ser que entre el tercer par de patas tienen una glándula que es la que segrega el mal olor cuando son molestados o se sienten amenazados.

Hablando de otra cosa, me llama mucho la atención sus ojos. Me recuerdan a aquellos faros que tenían los 2 CV, aunque la parte plana sea la trasera. Muy graciosos.

Filo: Arthropoda / Subfilo: Hexápoda / Clase: Insecta / Orden: Hemiptera / Suborden: Heteroptera / Infraorden: Pentatomomorpha / Superfamilia: Pentatomoidea – Pentatomidae – Pentatominae / Tribu: Pentatomini

Mide 1’5 cm. de largo y 0’8 cm. de ancho, siendo los machos ligeramente más pequeños que las hembras. Es de color verde, a excepción de las antenas que siempre son de color castaño. A veces, las partes anteriores y el borde del tórax y la cabeza son amarillentos. Con la edad se oscurece, pasando a tener tonalidad marrón, como el ejemplar de la fotografía.

Pasan el invierno en estado adulto refugiados entre la vegetación y al llegar la primavera, tras la cópula, realizan una puesta de unos 100 huevos de color amarillento que con el tiempo se vuelven anaranjados, formando una figura hexagonal como la de un panal de abejas. La puesta la realizan siempre en el envés de las hojas. A los cinco días nacen las ninfas, que durante 30 días pasan por cinco estadios diferentes hasta que se convierten en el insecto adulto. Durante las primeras fases son de color negro y en las siguientes van adquiriendo una coloración verde con manchas blancas y rojas.

A las 3 ó 4 semanas de ser adultos, son sexualmente maduros, viviendo en verano unos 40 días. Por consiguiente pueden sacar dos o tres generaciones al año. La última generación al llegar el invierno entra en un estado de dormancia que le permite vivir más tiempo hasta la llegada del buen tiempo.

Se alimentan absorbiendo la savia de gran variedad de plantas, a la vez que inyectan una saliva tóxica que causa anomalías y deformaciones en plantas y frutos. Los mayores daños los causan las ninfas en los primeros estadios.

AMPLIACIÓN 13-05-2018. Que se llame chinche verde y no tener una foto con este color me tenía un poco preocupado. Pero el pasado martes encontré en el huerto un ejemplar con esta coloración veraniega, así que problema solucionado, añado una fotografía y un pequeño vídeo que le pude grabar hasta que alzó el vuelo.

Pincha aquí para ver un pequeño vídeo sobre el ejemplar de la fotografía.

Pyrrhidium sanguineum (Linnaeus, 1758)

Llevaba toda la vida preguntándome qué clase de bichos serían los que comen la madera apilada en casa para quemar en la chimenea. Y es que llama la atención que cada vez que te acercas al montón de leña, es inevitable escuchar el ruido que hacen al masticarla. Lo máximo que había llegado a saber de ellos era que dejaban los troncos agujereados por doquier y que cuando se desprendía un trozo de corteza, había serrín a montones y a veces se veían unos surcos.

Además da igual la época del año que sea, es indiferente primavera, verano, otoño o invierno, el crick, crick, crick, es constante por la mañana, tarde o noche.

Lo que no esperaba es que fuera a descubrir quién era el responsable de estos ruidos por casualidad y menos dentro de casa. Hasta que un día por el suelo del salón vi que caminaba un bichejo de color rojo que me llamó mucho la atención y le hice unas cuantas fotografías. El bicho salió de unos troncos de roble que al llegar un viernes al pueblo, se dejaron en el suelo mientras se prendía la chimenea con leña más menuda, y quién sabe, igual viendo donde iba a ir a parar, inició la escapada hasta que fue sorprendido.

Un experto en este tipo de insectos me lo ha identificado amablemente y luego ya buscando información, la cuestión ha quedado clara. No se trataba de un insecto que se hubiera metido entre la madera buscando protección, si no que había surgido de ella, donde seguramente se había hecho adulto.

Aunque los responsables de hacer el ruido no son ellos, si no que son sus larvas que crecen en la madera, de la cual se alimentan hasta que se transforman en adultos. Tienen que tener unas mandíbulas tremendas, porque algunos troncos además de secos, son duros de roer a más no poder.

No debe ser un insecto que esté muy estudiado y del que se sepa mucho, ya que me ha costado bastante hallar información sobre él, siendo lo que escribo abajo lo más importante que he encontrado.

Filo: Arthropoda / Subfilo: Hexápoda / Clase: Insecta / Orden: Coleoptera / Suborden: Polyphaga / Infraorden: Cucujiformia / Superfamilia: Chrysomeloidea / Familia: Cerambycidae / Subfamilia: Cerambycinae / Tribu: Callidiini

De adultos miden entre 6 y 13 mm. Son de color negro o pardo, con la parte delantera del tórax y los élitros de un color rojo sangre muy brillante que los hace muy llamativos. Los élitros como ya he comentado alguna vez son las alas endurecidas que recubren el tórax, protegen las alas verdaderas y por consiguiente no sirven para volar. La cabeza es muy punteada y está recubierta, al igual que las patas y antenas, de pelos sedosos de color dorado. Las patas son cortas y robustas y las antenas alargadas y filamentosas.

Su ciclo biológico dura dos años. Los adultos vuelan en primavera, aproximadamente de marzo a mayo. Depositan los huevos en abedules, robles, castaños, hayas, e incluso árboles frutales, donde nacen las larvas que completan en ellos su ciclo biológico hasta transformarse en adultos.

Está extendido principalmente por la mitad oeste de la península ibérica. 

Coccinella septempunctata Linnaeus, 1758 – MARIQUITA DE 7 PUNTOS

Hace unos días por la mañana, mientras estaba realizando tareas de limpieza en el huerto, al arrancar unas ortigas una pequeña mariquita cayó al suelo. Hace años, como cientos de veces cuando era niño, la hubiera puesto en la mano y le hubiera empezado a cantar aquello de “mariquita de Dios, cuéntame los dedos y vuela hacia Dios”, hasta que hubiera salido volando. Algunas veces tanto las mareaba que recuerdo que echaban un líquido de color amarillo, no muy agradable por cierto, y claro, también salían volando.

En lugar de eso me he quedado observándola. La pobre al caminar por la tierra recién removida no hacía más que despeñarse. No es que el terreno estuviera muy desigual, pero para un bichito tan pequeño, a la pobre se le hacía un mundo poder avanzar. Al final, con mucho trabajo y tras un largo periplo, ha conseguido subirse a otra ortiga, trepar hasta la parte más alta y allí sí ha logrado abrir las alas e iniciar el vuelo. He grabado un vídeo, del que añado un vínculo debajo de la fotografía para que veáis un trozo de su odisea.

A mí siempre me han parecido muy simpáticas estas mariquitas, tan pequeñitas e indefensas. Siempre hay insectos que dan un poco de repelus, pero con ellas nunca ha sido el caso. No sé, son unos bichitos que además de ser bonitos, inspiran hasta cariño si me apuras un poco.

Una cosa importante es que nuestra amiga es una gran ayudante de agricultores y horticultores, ya que se alimenta exclusivamente de pulgones y cochinillas, tanto de larva como de adulta. No en vano, en muchos lugares es utilizada en la lucha biológica contra estas plagas, mediante la suelta de ejemplares procedentes de criaderos.

Para ver el vídeo de cómo consigue echar a volar pincha aquí

Filo: Arthropoda / Subfilo: Hexápoda / Clase: Insecta / Orden: Coleoptera / Suborden: Polyphaga / Infraorden: Cucujiformia / Superfamilia: Cucojoidea / Familia: Coccinellidae

No suelen medir más de 8 mm. y tienen un cuerpo ovalado y convexo. La parte delantera (cabeza y pronoto) es de color negro, presentando dos manchas blancas cada una. La parte trasera está cubierta por unos élitros (alas endurecidas) de color rojo, que es donde presenta los 7 puntos de color negro que le dan nombre, bajo ellos se encuentran las alas replegadas. Las antenas y las patas son también de color negro. Los machos se diferencian de las hembras en que tienen unas pequeñas pilosidades en el último segmento del abdomen.

Realizan dos puestas al año, de aproximadamente 400 huevos ovalados de color amarillento, que depositan bajo las hojas o en grietas. Las larvas cuando nacen ya demuestran ser muy voraces, pues inmediatamente empiezan a comer los huevos que no han nacido. Son de color gris o azulado, muy segmentadas, con espinas negras y manchas amarillas en los laterales. Durante esta etapa, que suele durar dos meses, mudan tres veces la piel, hasta que se transforman en pupas. La pupa es grisácea o negruzca, con márgenes blancos o anaranjados. Este es el estado en el que permanecerá estática, fijada a alguna superficie, mientras se transforma en el insecto adulto.

Araneus diadematus Clerck, 1757- ARAÑA DE LA CRUZ

Creo sin temor a equivocarme que esta es una de las arañas más bonitas que tenemos en la península ibérica, tanto por su coloración, como por los dibujos que presenta. Además hace unas preciosas telas de araña, grandes y redondeadas.

Esta fotografía la he hecho en el jardín de la casa del pueblo. Allí es relativamente bastante abundante y mucho me temo que la culpa es sólo mía. ¡Ay si mi madre supiera! Aunque me parece que de esta le va a quedar claro.

Pues resulta que cuando era pequeño e íbamos a la zona de las viñas de mi pueblo, se veían un montón por allí. A mí me gustaba bastante mirarlas, buscando los ejemplares más grandes y más coloridos, aunque confieso que tenía algo de miedo porque como eran tan grandes… Pero bueno, uno de esos días vi una que estaba gorda como un trullo, grandísima. Me armé de valor y la metí en un bote y para casa que la llevé. La estuve cuidando un tiempo, cazándole moscas y otros bichejos, hasta que consecuencia de la gordura puso un montón de huevos en un saquito, el cual cuidaba con esmero, y de esos huevos nacieron un montón de arañitas que llevaba sobre la espalda.

Fueron pasando los días y al mirar más detenidamente me di cuenta que la araña se había muerto, y que tal vez las hijas se estaban comiendo a la madre. Entonces quiso el destino que al abrir el bote, este se cayera y aquello fuera una estampida de minúsculas arañitas en todas direcciones, parecía la marabunta. La cosa es que allí nos quedamos solos lo que quedaba de la araña y yo.

Desde entonces cada vez que las veo por el jardín, tengo la completa seguridad que su presencia allí no es debida al azar y no puedo olvidar una de las muchas hazañas infantiles que llevé a cabo. Que se va a hacer, son bonitas y no molestan. Mi madre pone flores y arbustos, y yo arañas.

Sin embargo estos días de atrás buscando información sobre ellas, parece ser que es una araña muy abundante, de hecho también se llama araña de jardín, motivado por su gran presencia en estos lugares. Pero estoy seguro que por allí no se veían antes de que llevara la mía. No es una araña que pase desapercibida para no ser vista como veréis.

Filo: Arthropoda / Subfilo: Chelicerata / Clase: Arachnida / Orden: Araneae / Familia: Araneidae.

Las hembras pueden llegar a medir 2’5 cm. y los machos 1’3, algo menores por tanto.

Presentan una coloración variable que va desde el pardo oscuro hasta el amarillo claro. En la espalda tienen unos puntos de color blanco o amarillento, formando los más grandes una especie de cruz. Estos puntos están dentro de una zona más oscura, que es del mismo color que los laterales.

Las dos patas delanteras son más largas y están dotadas de multitud de sensores para detectar las vibraciones. El tercer par de patas es más corto y con ellas colocan la seda en la teleraña y en las presas.

Cada noche devora la seda de su telaraña con los insectos que hayan caído en ella, volviendo a construirla a continuación.

Para aparearse el macho se acerca a la hembra muy despacio para no ser devorado, cosa que no siempre consigue. Tras el apareamiento la hembra deposita los huevos en un capullo, muriendo poco después.

La picadura de esta araña, salvo personas alérgicas, no provoca más que una leve hinchazón, por tanto mi miedo era injustificado.